domingo, 7 de septiembre de 2008

Todo es mentira en las películas

Es el título de mi próxima novela. Editada por Baile del Sol.
Aquí aparece un extracto:
"Tengo varios mapas de carretera en la guantera del coche, junto a las cintas de música. Escucho a los Talking Heads mientras voy por la A-66 hacia León. P me espera en la cafetería del nuevo museo que han inaugurado en la ciudad. Voy por la autopista de montaña que comunica Asturias con la meseta. Tiene pendientes bastante pronunciadas, algunas del 13%, y varios túneles sin fin. Se hacen eternos. Algunos mal iluminados y con baches, como el Negrón, de casi cuatro kilómetros. Antes de entrar en él un cartel luminoso informa útilmente al conductor: EN CASO DE ATASCO PARE EL MOTOR. La autopista es de peaje. Ahora estoy en el toll precisamente, y busco monedas para pagar a la mujer. La mujer que trabaja en el peaje de la autopista debe de tener unos 25 años. Me saluda sonriendo y extiende su mano izquierda para alcanzar el importe. Tiene la radio encendida, puedo escucharla desde el interior de mi coche. Emiten un programa musical y oigo a Manu Chao. Demasiado comercial, todo se ha vuelto muy comercial, pienso, mientras le digo adiós a la mujer del peaje de la autopista del Huerna. También observo el paisaje montañoso con los picos nevados, y los pueblos de ahí abajo que veo alejarse mientras el velocímetro marca 100 km/h. Y las diminutas casas vistas desde arriba, como piezas del Monopoly. La señal de interrogación blanca sobre fondo azul (una de mis preferidas), me recuerda que puedo apagar las luces. Es una señal precisa. Es poesía visual en estado puro.
Conducir es algo inenarrable. No sólo supone un auténtico ejercicio de libertad, sino de placidez, es como escuchar permanentemente un mantra".

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