miércoles, 12 de diciembre de 2012

NURIA Y HÉCTOR. HAZAÑAS BÉLICAS

















HÉCTOR: ¿Cómo llevas la semana, estarás como nunca sin mi?

NURIA: Yo puedo decir lo mismo.

H: ¿No echabas de menos la soledad? ¿O era la intimidad?

N: Era la individualidad. Es bueno estar sola de vez en cuando, así puedo comer lo que quiero a cualquier hora.

H: Debo de ser muy antiguo porque todavía no me acostumbro a hablar por teléfono.

N: Ya, prefieres hablar por whatsApp, yo a eso sí que no me acostumbro: fragmentos y más fragmentos de conversaciones entrecortadas.

H: Lo aprendí en las películas de indios y vaqueros con las señales de humo.

N: Además aprovecho para ver el lote de películas atrasadas.

H: Y para ver pelis porno, anda dime la verdad. Esas que dices que son de autora, tan modernas.

N: Es que detesto los guiones clónicos de las porno convencionales.

H: ¿Así que ves porno cuando no estoy.

N: ¿Te parece mal?

H: ¿Por qué no esperas a verlas conmigo?

N: Es lo que haces tú cuando yo no estoy.

H: ¿Qué dices?

N: Sí, me lo dijiste hace tiempo. No me importa. A mi también me gusta lo mismo que a ti.

H: ¿Te gusta el qué?
 
N: Ver porno,¿o crees que sólo es cosa de tíos?

H: Creo que quieres decir otra cosa.

N: No, quiero decir lo que estoy diciendo, no me líes.

H: ¿Qué tal ayer con Laura?

N: Bien, salimos por ahí.

H: Si, eso ya lo sé. ¿Por dónde?, ¿qué hicisteis?

N: Nada, tomamos una cerveza en La Mala y luego picamos algo en el mexicano.

H: ¿Y qué te contó, está más tranquila?

N: Va a adoptar un niño.

H: ¿Así que era eso?

N: ¿El qué?

H: Todo ese rollo, era por esto; porque tu amiga va a adoptar un niño. ¿Pero si no es capaz de tener una pareja cómo va a tener un niño? Cómo puede ser tan caprichosa.

N: Y para esto me llamas, parece que no tienes un buen día.

H: Todo está bien, no me noto nada.

N: Pues hay que ver cómo estás hoy, ¿Qué te pasó, noticias del pasado?

H: No sé qué haces ahí, ¿Por qué no viniste conmigo?

N: Salió así, no importa.

H: No hacía falta que vinieses a la comida familiar. Yo te juro que no pienso ir a la tuya.

N: Otra vez la familia. Tenía  cosas que hacer, necesitaba estar sola.

H: ¿No estuviste sola bastante tiempo?

N: Tenía que pensar qué hacer.

H: ¡Mierda! No me digas que tenemos que hablar.

N: No, es que no me viene la regla.

H: Entonces prefiero hablar. ¿No me dijiste que era imposible? Si acabas de ir a la ginecóloga y el DIU está a tope.

N: Esto es otra cosa.

H: ¿Qué cosa? no me asustes.

N: Quiero tener un hijo.

(SILENCIO)

N: ¿Estás ahí?

H: Me dijiste que no querías nada de niños.

N: No estoy segura, se me acaba el tiempo.

H: De qué tiempo hablas.

N: Del biológico; ahora o nunca.

H: Me parece perfecto, pero eso no es lo que habíamos hablado. Ahora no puedes venirme con esas.

N: ¡Vaya día, eh!

H: ¡Nuria, ya está bien, lo teníamos claro!

N: Lo he pensado mejor. Es la última oportunidad, ¿no te das cuenta?

H: Hace más de treinta años que sabes la edad que tienes.

N: No, hombre… sólo era una prueba. Quería saber si tu rollo anti baby era una pose y sólo esperabas a casarte conmigo para dejarme embarazada.

H: ¡Serás burra! y encima tenías que hacer esta broma por teléfono.

N: Para conocerte mejor.

H: Como el lobo a Caperucita. ¿Y esta bobada, por qué es? ¿Saliste con alguna de esas amigas tuyas?

N: ¿Qué les pasa a mis amigas?

H: Vale, vamos a dejarlo.

N: ¿Por qué estuviste todo el día sin llamarme, no ves que podía estar preocupada?

H: Ahora resulta que la chica dura estaba preocupada.

N: Habíamos quedado en que llamarías, sólo es eso.

H: No soporto tener que adivinar lo que piensas ¿Dónde os enseñaron eso?

N: ¿Pero qué comiste hoy? Estás inaguantable.

H: No sé, ya son muchos días, estoy colgado.

N: Jolín, afloja un poco. No somos críos, esto tiene que ser otra cosa.

H: Suma cero, ya…

N: No sigas.

H: Eres algo muy importante, no estoy jugando.

N: Lo sé, pero a veces tengo miedo, no quiero volver a vivir cosas que pasaron.

H: A qué te refieres.

N: Olvídalo todo.

H: No es tan fácil.

N: Mañana ya estaremos juntos.

H: Es mejor que no vengas en coche ¿Por qué no vienes en tren? Te recojo en la estación, dejas las cosas en casa y nos vamos a cenar por ahí.

N: No tengo ni idea a qué hora acabaré en la clínica, además ya no debe de haber billetes.

H: Seguro que todavía hay, siempre ponen más trenes por el puente. Puedes venir leyendo o dormitando una película, si tienes suerte puede ser una de Walt Disney con un árbol gigante de navidad y renos volando por encima de los adosados.

N: Lo pienso.

H: De acuerdo, intenta dormir esta noche y mañana hacemos eso, conozco un restaurante chino que está muy bien. Seguro que nos reímos con los mensajes de los rollitos de primavera.

N: Bueno, ya sabes lo que pasa en estas fechas.

H: Sí, no hace falta que lo repitamos.

N: Tengo ganas de dormir y nada más, ayer no pegué ojo, te extraño.

H: Qué rápido nos acostumbramos a lo bueno, ya no recuerdo cuando no estabas.

N: Por eso tengo miedo, cuanto más valoras una cosa más miedo tienes a perderla.

H: Parecemos dos viejos. Vamos a colgar el teléfono y a meternos en la cama. Piensa que estamos juntos.

N: ¿Te acuerdas de aquella canción?

H: ¿Qué canción?

N: (Cantando)
Cuentos de hadas pasan por tu cabeza
mi amor es una guerra, ve con él
aunque estás lejos volvería a pensar en ti
comprobarás la vida no es un sueño, no lo es…


Imagen Natalia Pastor
Texto Roxana Popelka y X-C

No hay comentarios: